domingo, 5 de abril de 2009

Mis Amores

Hoy han vuelto.
Por todos los senderos de la noche han venido
a llorar en mi lecho.
¡Fueron tantos, son tantos!
Yo no sé cuáles viven, yo no sé cuál ha muerto.
Me lloraré yo misma para llorarlos todos.
La noche bebe el llanto como un pañuelo negro.
Hay cabezas doradas a sol, como maduras...
Hay cabezas tocadas de sombra y de misterio,
cabezas coronadas de una espina invisible,
cabezas que son rosa, la rosa del ensueño,
cabezas que se doblan en cojines de abismo,
cabezas que quisieran descansar en el cielo,
algunas que no alcanzan a oler a primavera,
y muchas que trascienden a las flores de invierno.
Todas esas cabezas me duelen como llagas...
me duelen como muertos...

¡Ah...! y los ojos...
los ojos me duelen más: ¡son dobles..!
Indefinidos, verdes, grises, azules, negros,
abrasan si fulguran,son caricias, dolor, constelación, infierno.
Sobre toda su luz, sobre todas sus llamas,
se iluminó mi alma y se templó mi cuerpo.
Ellos me dieron sed de todas esas bocas...
de todas esas bocas que florecen mi lecho:
vasos rojos o pálidos de miel o de amargura
con lises de armonía o rosas de silencio,
de todos esos vasos donde bebí la vida,
de todas esos vasos donde la muerte bebo...
El jardín de sus bocas, venenoso, embriagante,
en donde respiraban "sus almas" y "sus cuerpos".
Humedecido en lágrimashan rodeado mi lecho...

Y las manos, las manos colmadas de destinos,
secretas y alhajadas de anillos de misterio...
Hay manos que nacieron con guantes de caricia,
manos que están colmadas de la flor del deseo,
manos en que se siente un puñal nunca visto,
manos en que se ve un intangible cetro;
pálidas o morenas, voluptuosas o fuertes,
en todas, todas ellas, puede engarzar un sueño.
Con tristeza de almas se doblegan los cuerpos,
sin velos, santamente vestidos de deseo.
Imanes de mis brazos, panales de mi entraña
como invisible abismo se inclinan en mi lecho...
¡Ah, entre todas las manos, yo he buscado tus manos!
Tu boca entre las bocas, tu cuerpo entre los cuerpos,
de todas las cabezas yo quiero tu cabeza,
de todos esos ojos, ¡tus ojos sólo quiero!
Tú eres el más triste, por ser el más querido,
tú has llegado el primero por venir de más lejos...
¡Ah, la cabeza oscura que no he tocado nunca
y las pupilas claras que miré tanto tiempo!
Las ojeras que ahondamos la tarde y yo inconscientes,
la palidez extraña que doblé sin saberlo,ven a mí:
mente a mente;ven a mí: cuerpo a cuerpo.
Tú me dirás que has hecho de mi primer suspiro...
Tú me dirás que has hecho del sueño de aquel beso...
Me dirás si lloraste cuando te dejé solo...
¡Y me dirás si has muerto...!

Si has muerto,
mi pena enlutará la alcoba lentamente,
y estrecharé tu sombra hasta apagar mi cuerpo.
Y en el silencio ahondado de tinieblas,
y en la tiniebla ahondada de silencio,
nos velará llorando, llorando hasta morirse
nuestro hijo: el recuerdo.


Delmira Agustini

El Rosario de Eros
1924
(publicado diez años despues del fallecimiento de la poeta)

jueves, 2 de abril de 2009

Biografía de Delmira


Nació en Montevideo, el 24 de octubre de 1886. Desde temprana edad mostró aptitudes intelectuales poco comunes. Estudió música, pintura, francés, y escribió sus primeros poemas a los 10 años.
“La Nena”, como era llamada en el ámbito familiar, fue la más destacada poetisa del modernismo. Formó parte de la generación de 1900, junto con prestigiosos poetas, como Leopoldo Lugones y Rubén Darío. Este último en “Pórtico”, la proclama como “la única, desde la Santa, en expresarse como mujer”, comparándola con Santa Teresa. Colaboró en la revista “La Alborada” y también en “Apolo” del poeta Manuel Pérez y Curis. Se especializó en la sexualidad femenina en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Su estilo pertenece a la primera fase del Modernismo y sus temas tratan de la fantasía y de materias exóticas. Bregó por conseguir la igualdad entre los sexos. Expresó sus sentimientos en poesías eróticas, sensuales y feministas, que estuvieron alejadas de la vulgaridad y muy cercanas a la perfección.
"Eros", dios del amor, simboliza el eroticismo y es la inspiración para los poemas de Agustini sobre los placeres carnales. Eros es el protagonista en muchos de sus poemas y obras literarias. Dedicó su tercer libro a este último, titulado Los cálices vacíos (1913), lo que significó su entrada al movimiento de vanguardia.
Influyó en su obra, su estrepitosa vida sentimental junto a Enrique Reyes, pareja con la cual, tras su divorcio, vivió un drama pasional, que culminó con el asesinato de la poetisa y el suicidio de su amante, y causante de su muerte, el 6 de julio de 1914.
Podemos destacar también entre sus creaciones, “El libro blanco” de 1907, típica obra modernista, donde comienza a plasmar su intensa experiencia amorosa, que agudiza en “Cantos de la mañana” de 1910.
El resto de sus obras se publicaron luego de su muerte. “El rosario de Eros” y “Los astros del abismo”, ambas de 1924. En 1969, se conoció “Correspondencia íntima”.
Una vida breve, intensa y dramática…una obra sublime que trascendió su existencia.