martes, 17 de marzo de 2009

Delmira Agustini


De pequeña tenía un sueño recurrente: sabía volar. Lo más maravilloso era que al despertar no sufría ninguna frustración por saberme terrestre. Me quedaba quieta y trataba de recordar la sensación de haber estado flotando en el aire como algo fascinante. En verano, cuando iba a la pileta, me gustaba sumergirme y allí abandonar el peso de mi cuerpo creyendo que volaba. La ausencia de los apoyos. Actuar es volar para mi cuerpo y mi mente. Es un estado de liberación y elevación que dura un tiempo y es un lugar -o un sueño- al que puedo volver. Perderme en la vida de un personaje es la enajenación más perfecta que puedo imaginar.
En "La Pecadora" Lorenzo nos mira desde otras latitudes, ve cómo cuatro almas deambulan en escena y marca, con su agudo pincel, un camino que va entretejiendo los dramas de esta historia.


Romina Moretto

Actriz

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