martes, 17 de marzo de 2009

Enrique Reyes


Siempre he sentido a la actuación como un juego. Un juego serio e inquietante, pero un juego al fin.
Tal vez Delmira haya tenido una percepción similar respecto a la poesía, tal vez no.
Un siglo después, al buscarla, vuelve a aparecer una mujer explosiva, arenosa y chispeante. Nos enfrenta a nuestros miedos, nos golpea la cabeza, nos llena de vacío.


Ezequiel Campa

Actor

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